La biología se ocupa del estudio de los seres vivos. Tradicionalmente todos los organismos vivos eran clasificados dentro del reino vegetal o animal. Esa diferenciación ha sido reemplazada por un esquema de cinco grupos o reinos. De cualquier manera, los fenómenos son similares en los cinco grupos, por lo que es posible establecer principios básicos comunes para todo el mundo viviente.
Los seres vivos tienen ciertas facultades que los distinguen de la materia inanimada. La propiedad característica de la vida es la reproducción. En situaciones normales, todo ser vivo puede dar origen a otros individuos semejantes a sí mismo. En las formas más simples este proceso se realiza por la división del individuo originario en dos organismos nuevos; en las más complejas intervienen células especializadas, los espermatozoides y los óvulos, que se unen para formar la célula huevo o cigoto que dará origen al nuevo organismo. El mayor grado de complejidad se alcanza con la diferenciación de la especie en dos sexos: cuando espermatozoide y óvulo son portados por dos individuos distintos.
La capacidad reproductiva está relacionada con dos particularidades típicas de los seres vivos: el crecimiento y la herencia. El primero es el aumento natural de tamaño y la segunda consiste en la continuación de características específicas de los progenitores en los nuevos individuos.
Otra propiedad es la sensibilidad, que hace posible responder a mecanismos externos y producir cambios que permitan adaptarse a los requerimientos del medio.
Una ciencia básica
Las investigaciones de la biología no están dirigidas a una determinada finalidad. Sin embargo, son la base de aplicaciones muy concretas en medicina, agricultura, ganadería, industria y otras disciplinas.
Si bien es una ciencia antigua (los hombres comenzaron a estudiarla hace muchos siglos con el afán de explicar los enigmas de la vida), es en otro sentido, una ciencia joven, pues sus descubrimientos más importantes y trascendentes datan de épocas recientes.
El método científico
Para la comprensión de un hecho biológico es necesario llevar a cabo tres operaciones básicas: observación, interpretación y experimentación. De la observación adecuada surge la posibilidad de meditar sobre los hechos observados y formular hipótesis que constituyan interpretaciones razonables; y por medio de la experimentación se somete a prueba la hipótesis formulada. Una hipótesis, o un conjunto de ellas debidamente comprobadas, constituye una teoría: por ejemplo, la teoría de la evolución.
El surgimiento de la vida
Durante millones de años no existieron las condiciones propicias para la vida en nuestro planeta.
En la atmósfera primitiva no había oxígeno libre, sino que se encontraba combinado con otros gases. Existía vapor de agua, metano, dióxido y monóxido de carbono, nitrógeno, ácido sulfhídrico y amoníaco.
Al enfriarse la corteza terrestre, el vapor de agua se condensó en forma de lluvia; las aguas acumuladas cubrieron la superficie del globo y dieron origen a los océanos. En las aguas primitivas se produjeron las primeras manifestaciones de vida. Esta surgió a partir de sustancias inanimadas y como consecuencia de diversos factores favorables que se combinaron de modo de dar origen a los primeros organismos. En determinado momento, la corteza terrestre llegó a estar lo suficientemente fría y a disponer de compuestos químicos con carbono y otros elementos aptos para generar materia orgánica.
Con el tiempo -millones de años-, ciertas formas vivas se propagaron a tierras emergidas, libres de aguas permanentes y allí se inició otro largo proceso de adaptación.
Los seres vivos tienen ciertas facultades que los distinguen de la materia inanimada. La propiedad característica de la vida es la reproducción. En situaciones normales, todo ser vivo puede dar origen a otros individuos semejantes a sí mismo. En las formas más simples este proceso se realiza por la división del individuo originario en dos organismos nuevos; en las más complejas intervienen células especializadas, los espermatozoides y los óvulos, que se unen para formar la célula huevo o cigoto que dará origen al nuevo organismo. El mayor grado de complejidad se alcanza con la diferenciación de la especie en dos sexos: cuando espermatozoide y óvulo son portados por dos individuos distintos.
La capacidad reproductiva está relacionada con dos particularidades típicas de los seres vivos: el crecimiento y la herencia. El primero es el aumento natural de tamaño y la segunda consiste en la continuación de características específicas de los progenitores en los nuevos individuos.
Otra propiedad es la sensibilidad, que hace posible responder a mecanismos externos y producir cambios que permitan adaptarse a los requerimientos del medio.
Una ciencia básica
Las investigaciones de la biología no están dirigidas a una determinada finalidad. Sin embargo, son la base de aplicaciones muy concretas en medicina, agricultura, ganadería, industria y otras disciplinas.
Si bien es una ciencia antigua (los hombres comenzaron a estudiarla hace muchos siglos con el afán de explicar los enigmas de la vida), es en otro sentido, una ciencia joven, pues sus descubrimientos más importantes y trascendentes datan de épocas recientes.
El método científico
Para la comprensión de un hecho biológico es necesario llevar a cabo tres operaciones básicas: observación, interpretación y experimentación. De la observación adecuada surge la posibilidad de meditar sobre los hechos observados y formular hipótesis que constituyan interpretaciones razonables; y por medio de la experimentación se somete a prueba la hipótesis formulada. Una hipótesis, o un conjunto de ellas debidamente comprobadas, constituye una teoría: por ejemplo, la teoría de la evolución.
El surgimiento de la vida
Durante millones de años no existieron las condiciones propicias para la vida en nuestro planeta.
En la atmósfera primitiva no había oxígeno libre, sino que se encontraba combinado con otros gases. Existía vapor de agua, metano, dióxido y monóxido de carbono, nitrógeno, ácido sulfhídrico y amoníaco.
Al enfriarse la corteza terrestre, el vapor de agua se condensó en forma de lluvia; las aguas acumuladas cubrieron la superficie del globo y dieron origen a los océanos. En las aguas primitivas se produjeron las primeras manifestaciones de vida. Esta surgió a partir de sustancias inanimadas y como consecuencia de diversos factores favorables que se combinaron de modo de dar origen a los primeros organismos. En determinado momento, la corteza terrestre llegó a estar lo suficientemente fría y a disponer de compuestos químicos con carbono y otros elementos aptos para generar materia orgánica.
Con el tiempo -millones de años-, ciertas formas vivas se propagaron a tierras emergidas, libres de aguas permanentes y allí se inició otro largo proceso de adaptación.
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